Amadas llamas benditas, expresiones de la esencia de luz de la suprema fuente yo soy, le damos gracias por su obediencia y servicio a favor y ayuda a las criaturas de la tierra.
Revestidas en la gratitud de nuestros corazones, mantengan energizado el centro de la creación y al ser invocados por la humanidad, expandan los bordes del reino de Dios por todo el infinito. Nosotros realizamos la unidad de toda vida y humildemente nos inclinamos ante la luz del cosmos, mientras servimos todos, como pulsaciones de la luz en el cuerpo de la fuente suprema yo soy.
Yo soy Zadkiel sumo sacerdote de la orden del fuego violeta, ese fuego sagrado que es utilizado a través de la misericordia y la compasión de Dios todopoderoso, su creador.
Hoy estamos intensificando las actividades purificadoras, transmutadoras y liberadoras de ese fuego violeta a una escala planetaria.
Un sacerdote o una sacerdotisa investida de la orden de zadkiel, invocando los poderes en, a través de las condiciones, si está acompañado de forma audible, si está solo, silenciosamente atraerá a la atmósfera a toda la hueste celestial y principalmente a los seres de la llama violeta séptimo rayo, para eliminar esas condiciones y reemplazarlas por la perfección de los reinos más altos.
Ahora tenemos la oportunidad que se borren los vórtices concentrados de energía negativa inteligente antes de que puedan encontrar exteriorización a través de algún miembro de la raza
Humana que se le ha dado el privilegio de encarnar con el sólo y único propósito Sí más del plan divino de Dios y no profanar la tierra con planes de guerra, bombas y cualquier clase de actividades destructivas y nefastas.
